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dimecres, 4 de juny del 2008

INSTRUMENT NOU O ANTIC ????



Per acabar de complementar l'article anterior sobre els tòpics en la luthería, afegeixo un altre post. Aquest també es va publicar a la revista Doce Notas, nº 37 al mes setembre de 2003


¿Instrumento nuevo? ¿ instrumento antiguo?

Cuando un músico siente la necesidad de adquirir un instrumento de una cierta calidad habitualmente debe dedicar tiempo y paciencia para ver, probar y comparar entre varias opciones. A veces se pueden llegar a probar varios instrumentos en un mismo luthier o a veces hay que hacer un pequeño recorrido entre varios talleres.

Suele surgir un dilema muy habitual entre los músicos: ¿qué es mejor , adquirir un instrumento nuevo o uno que ya tenga unos cuantos años?

La verdad es que este dilema no tendría ni que llegar a plantearse. Los instrumentos deberían ser escogidos por su calidad, independientemente de su antigüedad .

Un instrumento nuevo, hecho por un luthier que tenga experiencia y que haya hecho todo un proceso desde la selección de las mejores maderas hasta el montaje final, pasando por un buen trabajo artesanal y artístico y que le aplique un barniz que proteja bien y de forma prolongada la madera, debe darnos una calidad de sonido y potencia que no tiene porque hacernos pensar en qué fecha se haya construido.

Hay que tener muy presente que la antigüedad y la calidad son dos factores totalmente independientes. Mejor si van juntos, pero no siempre es así.

Tomemos como ejemplo un violín de estudio hecho en China, de los que se comercializan por 70 u 80 euros con arco y estuche incluidos. Este instrumento dentro de 100 o 200 años seguirá siendo sencillo y no pasará de ser lo que es: un instrumento para un principiante. Lo único que habrá cambiado es que tendrá unos cuantos años encima, pero la calidad de la madera y el sistema empleado para su construcción de forma totalmente seriada y adocenada no habrán cambiado en absoluto. Por lo tanto es absurdo pensar que la antigüedad es un factor determinante.

Recordemos que Antonio Stradivari ya era famoso en su época como el mejor de su tiempo y que trabajó para nobles y reyes, tal era su buena reputación. Evidentemente lo que suministraba a sus clientes eran instrumentos totalmente nuevos. Ahora, al cabo de 300 años los seguimos apreciando como uno de los mejores de todos los tiempos. Este es un claro ejemplo de que la calidad y la antigüedad han transcurrido paralelas y que una no ha influido en la otra de forma tan determinante que haya añadido algo que ya no tuviera.


Hay que reconocer que los años transcurridos desde la fecha de construcción influyen positivamente en parte , pero para ello se deben cumplir una serie de condiciones que seguidamente revisaremos y que vamos a enumerar en su máxima expresión, de forma idealizada:

-que el instrumento tenga una alta calidad de madera bien selecionada y con un buen proceso de secado natural.

- la madera debe estar bien trabajada por un artesano que conozca bien su oficio, que domine bien la técnica y sepa crear un instrumento con buen estilo y con las medidas “correctas”: cada instrumento requerirá pequeñas variaciones en los gruesos dependiendo de la madera, pues ésta nunca es la misma, y el saberlo aplicar en cada caso es una cualidad muy importante de un buen artesano.

- el barnizado deberá estar bien aplicado y ser de buena calidad para que sea duradero por una parte y por otra lo suficientemente elástico como para dejar vibrar libremente las maderas, sin representar una coraza que impida la buena emisión de sonido.

- el montaje es importantísimo. De poco sirve tener un buen instrumento con un montaje deficiente , ya que el rendimiento será siempre por debajo de sus capacidades reales.
Hay que ser muy exigente con uno mismo y revisar periódicamente el estado del puente, el alma, el diapasón, las cejillas, la barra armónica y finalemnte unas buenas cuerdas que potencien el sonido natural del instrumento.

- Que el instrumento haya sido tocado por alguien que le saque un gran partido, haciendo posible que vibre en todos y cada uno de los registros que permita ese instrumento, desde las notas graves hasta las notas más agudas en posiciones altas. Ello depende de la técnica del músico.
Pensemos por un momento que los grandes solistas utilizan un registro más amplio que cualquier estudiante, por lo que esos instrumentos vibrarán con más facilidad que otros que no hayan sido tocados de forma tan exhaustiva, constante y virtuosa.
Los mismos instrumentos de Stradivari, Guarneri, Amati , Bergonzi, Ruggeri, etc pueden llegar a tener precios muy distintos dependiendo de su estado de conservación y también de quien los haya poseido y tocado (Kreisler, Grumiaux, Menuhin, Heifetz, Casals, Zuckermann, ...) o sean que tienen un largo historial de alto rendimiento.

Entre los músicos se suele oir un comentario muy habitual referente a los instrumentos nuevos. Muchos piensan que un instrumento nuevo es una incógnita y que no se sabe como va a sonar dentro de unos años. Incluso algunos dicen que los instrumentos nuevos “pueden llegar a perder sonido”. Esto es totalmente absurdo e infundado .No hay ninguna razón objetiva ni explicación física que nos permita pensar en la pérdida de calidad.

Esto solo tendría sentido si se dieran dos condiciones:
La primera sería que el instrumento no tenga la calidad suficiente que esperamos de él. La segunda que suele ser la más habitual, es que el instrumento baja de rendimiento por no haberle hecho el mantenimiento necesario. Un instrumento nuevo también necesita ser revisado a menudo: cuerdas, puente, situación del alma, etc..

Otro comentario habitual y que está fuera de lugar es la especulación económica. Algunas decisiones se han tomado pensando que este o aquel autor es reputado y con los años los instrumentos que ahora son nuevos valdrán más dinero. Los valores de mercado tienen oscilaciones que no podemos preveer. Si un instrumento mantiene su valor entra dentro de la normalidad , pero nunca hay que sobrevalorar o especular ya que un instrumento no debería ser considerado un valor de apuesta como en la Bolsa.

Lo lógico es pensar en un instrumento por lo que suena y por su relación precio / calidad. Muchos solistas tienen varios instrumentos que utilizan según los casos, pero una gran mayoría suele tener como mínimo un instrumento nuevo que le dé potencia, ya que actualmente se construyen instrumentos de gran calidad y precio razonable y otro instrumento antiguo para tocar de forma más íntima como en la música de cámara.

No todos los músicos se pueden permitir este lujo de tener dos o más instrumentos. A la hora de tomar una decisión en la compra de uno de ellos habrá que valorar algunas cosas con el corazón y otras con la cabeza. Y no será fácil. Muchas veces compramos “con la vista” más que con el oído. La prueba es que hay una técnica ,que hace más de 200 años que existe, que consiste en dar a los instrumentos nuevos un barniz imitando el paso de los años y el desgaste por el uso.

El gran poeta Josep Vicenç Foix describió este dilema en uno de sus versos de forma magistral:
“me exalta lo nuevo y me enamora lo viejo”.